DERECHOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DURANTE LA CONQUISTA
La población indígena en la Argentina fue sistemáticamente
negada y excluida a lo largo de la historia del país. La usurpación
de sus territorios a partir del siglo XIX fue acompañada por
un proceso simbólico de reducción de sus diversas identidades
culturales a una única identidad impuesta: la de “indio”, como
equivalente a “bárbaro” o “salvaje”, lo que contribuyó a la invisibilización
de su diversidad cultural.
Además, como consecuencia del despojo de sus tierras y
recursos, los indígenas fueron condenados a la pobreza y esto
derivó en otras formas de exclusión social.
Las campañas militares del siglo XIX perpetraron un verdadero
genocidio sobre estos pueblos: en el sur contra los selk’nam
en Tierra del Fuego y la llamada “campaña del desierto” contra
mapuches, tehuelches y ranqueles; en el norte, la “campaña
del Chaco” contra tobas, wichís, mocovíes y pilagá.
En el siglo XX, los mecanismos de asimilación inequitativa se
basaron fundamentalmente en la imposición de la cultura hegemónica
de matriz europea a través de instituciones, tales como
la escuela y el servicio militar, cuyo objetivo fue la homogeneización
cultural. En ambas se castigaba a quienes hablaban su
idioma materno y se enseñaba una historia distorsionada.
Esa concepción prevaleció sobre la visión de una nación
mestiza y diversa que tuvieron varios de los primeros luchadores
por la Independencia, como José de San Martín, Manuel
Belgrano o Mariano Moreno, y que está en la base de la constitución
de la mayoría de las naciones latinoamericanas. De
esta manera, en la Argentina se construyó una visión parcial y
falseada: la de una nación blanca de ascendencia europea